Trata tu libro como un producto profesional. No te saltes pasos por impaciencia: corrección ortotipográfica, maquetación cuidada y una buena portada. Quien no te conoce solo ve eso: la portada, el título y la sinopsis para decidir si te da una oportunidad.

Invierte en una corrección seria. Un corrector o una correctora profesional detectará errores, repeticiones, muletillas, frases liosas y problemas de ritmo que tú ya no ves (te lo digo por experiencia propia: podrás ver las faltas y erratas más garrafales pero no todos los errores). Duele, pero saltarse la corrección es el error más típico de la autopublicación… y el que más reseñas negativas genera.

Investiga la plataforma y el mercado antes de subir el archivo. Aprende cómo funcionan Amazon KDP y otras plataformas que te interesen; categorías, palabras clave, tamaños de libro, regalías, exclusividades (tipo Kindle Unlimited)… Cuanto mejor entiendas la “trastienda” técnica, más fácil será que el libro encuentre a sus lectores.

Prepara un lanzamiento… y un “después del lanzamiento”. No basta con decir “ya está disponible” y desaparecer. Planifica: lista de contactos, reseñadores, contenidos para redes, sorteos, newsletter, presentaciones, colaboraciones… Y, sobre todo, ten claro qué vas a hacer los meses posteriores para que el libro no se hunda en el olvido.

Piensa a largo plazo: construye autora/or, no solo un título. Usa la novela para empezar a crear una comunidad: web de autora, redes donde te sientas cómoda, lista de correo, rúbrica propia. Es mejor ir poco a poco pero con constancia, aprendiendo de cada libro, que obsesionarse con que el primero sea un bombazo.

Quizá ahora todo esto te parezca abrumador, pero no te agobies: nadie nace sabiendo autopublicar. A base de prueba, error y experiencia irás llegando, paso a paso, a estas mismas conclusiones y encontrarás tu propio método. Lo importante es que empieces, aprendas por el camino y no dejes de escribir.